REIVINDICANDO EL DERECHO AL ODIO (no apto para "blanditos")
En estos tiempos que corren, tiempos de “lo políticamente correcto”, de mujeres que son hombres y hombres que son mujeres, de niños que no pueden fumar un cigarrillo, pero pueden decidir amputarse un miembro sano; en estos nuestros tiempos, hemos permitido ser absolutamente deshumanizados, y lo más inhumano de nuestros tiempos es pretender alterar las limitaciones que nuestra condición humana nos impone. Así por ejemplo se nos ha prohibido llamar gordo a un gordo, se nos exige considerar arte a una banana pegada a una pared blanca con cinta adhesiva o rechazar ilegalidades como la invasión masiva de un país por parte de extranjeros que entran en tropel sin siquiera presentar documentos de identidad. Palabras como, homófobo, tránsfobo, xenófobo, gordófobo, etc. De la noche a la mañana pasaron a formar parte de nuestro vocabulario cotidiano.
Se nos acusa de “promover discursos de odio”, cuando la verdad es que quienes hacen este tipo de acusaciones simplemente odian la verdad. No hay odio en llamar gordo a un gordo o gay a un gay, no hay odio en decir que un trans es un individuo con uno o más órganos sanos amputados y al cual han convertido en un farmacodependiente de por vida ya que para aparentar ser lo que por naturaleza no es, tendrá que consumir toda clase de medicamentos y hormonas el resto de su vida, eso no es odio, eso es LA VERDAD.
Sin embargo, y pese a la intensa, incansable, sistemática y deliberada ola de propaganda que pretende silenciarnos, hay algo en todo esto aún más anti humano. Y es que, ser humano implica sentir, lamentablemente nuestros sentimientos dominan nuestra razón la mayoría de las veces, y pretender convertirnos en individuos “neutros” es sumamente ANTI HUMANO. Los humanos, amamos, lloramos, reímos, nos enfurecemos, nos alegramos y también de vez en cuando odiamos. Así que prohibir sentir, es un ejercicio despreciable, que a la vez se ejerce haciéndonos sentir miedo. Básicamente si expresas tu repudio hacia la ideología dominante, serás señalado hasta que cansado de ser señalado te censuraras por MIEDO a ser totalmente enviado al ostracismo y cancelado socialmente… un paria, un apestado de la sociedad cuyos puntos de vista son peligrosos para el sistema dominante. Paradójicamente la cancelación ocurre apelando a la libertad de expresión, libertad que es (paradójicamente) odiada por los promotores del sistema de censura imperante.
A los 35 años de edad la tiranía impuesta me mi país me obligó a abandonar mi carrera, logré reinventarme y a los 40 años tenía casa, dos coches y no debía un centavo ni en tarjetas de crédito o prestamos bancarios, sin embargo, la misma tiranía que acabó con mi carrera, había forzado a mi hermano a emigrar, por parte de la familia de mi esposa ocurrían situaciones similares. Hoy con 50 años, no tengo nada material, mi familia sigue separada y lo único que me queda son mis parientes más cercanos y mis ganas de rehacer lo perdido. Mi caso es muy superficial sin duda, otros paisanos, han perdido familiares a manos del hampa promovida por la tiranía, o a manos de cuerpos represivos, o tienen hijos presos en una mazmorra o han perdido bienes mucho más cuantiosos de los que yo he perdido… ¿no tenemos entonces el legítimo derecho de odiar a esa tiranía y sus adláteres? ¿no tenemos derecho a despreciarlos desde lo más profundo de nuestros corazones? CLARO QUE SI.
En Canadá, un padre se opuso a que su hija de apenas 13 años comenzase la “transición” para convertirse en “niño”, su ex pareja y madre de la niña lo llevó a tribunales, siendo condenado por las muy progres leyes canadienses a cárcel y distanciamiento de su hija, que hoy sufre las consecuencia de los bloqueadores de hormonas ¿no tiene este hombre el legítimo derecho a odiar a su ex pareja, al juez que lo encarceló a los legisladores que promovieron esa infame ley y a los ejecutores de la propaganda que alienó en cerebro de su pequeña? CLARO QUE SI, SI TIENE ESE DERECHO Y LA RESPUESTA ES INOBJETABLE.
Sin embrago, llamar negro al muy negro Vinicius (jugador del Real Madrid), es odio y racismo para quienes manejan la opinión en el sistema imperante, toda persona medianamente normal, sabe que a los jugadores del equipo rival se les señala y vilipendia durante el encuentro, para desconcentrarlos y hacerles enfurecer (porque enfurecerse es un sentimiento natural como el odio) es parte del juego, no es odio ni racismo, pero se nos ha impuesto hacer silencio en la gradas y llevar a prisión al padre de la ex niña que jamás será niño, y que consumirá hormonas el resto de su vida. En definitiva, el problema no es odiar, el problema para el sistema dominante es “hacia donde diriges tu odio”
Es curioso, que el candidato a la presidencia de los EEUU Donald J. Trump, haya recibido en menos de dos meses, dos intentos de homicidio, según los medios del sistema dominante, él (Trump) promueve “discursos de odio”, pero ninguno de sus simpatizantes ha perpetrado atentados contra candidatos del partido demócrata, ni apaleamientos a simpatizantes de ese partido, muy por el contrario, son los simpatizantes del partido demócrata los que protagonizan tiroteos en escuelas o intentos de asesinato contra Trump. El paroxismo es tal, que alcancé a leer a una consultora política mexicana, justificar el atentado contra Trump, algo así como que “él se lo buscó”.
Vivimos tiempos en los cuales sentir lo correcto es peligroso y razonar lo es aún más, el peligro para el sistema imperante es que son tan canallas y tan despreciables que saben que merecen el desprecio y el repudio de cualquier persona medianamente normal, por eso requieren anular lo normal y normalizar lo antinatural en cualquier campo de la cotidianidad desde la más elemental biología hasta el arte, el cual cada vez es más chabacano, anti estético y grotesco. Es un lavado de cerebro constante, de hecho, todos sentimos y sentiremos toda clase de cosas y el problema no es sentirlas, el problema es ¿qué hacemos con lo que sentimos? Si hay quienes justifican que un desequilibrado mental tome un fusil y dispare a un candidato a la presidencia de los EEUU, ¿tendría alguien la osadía de condenar que al menos un millón de venezolano ex patriados, tomasen un fusil, y retornasen a su país haciendo uso de la fuerza? ¡Pero no, no se espante! Eso no sucederá, porque a nosotros se nos dijo que “a la dictadura se le derrota con más democracia” nos comimos el cuento y hoy somos un país devastado en todos los aspectos posible
Yo por eso reivindico mi legítimo derecho a odiar, sobre todo a quienes me odian sin razón alguna, a quienes nunca he agredido y me arrebataron mi esfuerzo, a quienes odian la verdad y son incapaces de escucharla, a quienes me califican sin conocerme, a quienes proponen dinamitar una iglesia durante la misa; prometo empero, practicar el estoicismo para no tomar en mis manos las acciones que ameritan sus actos, en definitiva no permitiré ser controlado por mis pasiones, pero no dejaré de señalar a esos personajes para quienes la tolerancia es ser tolerados mientras apalean al que piensa distinto. Tal cosa (la tolerancia) si no es reciproca no es tolerancia, es estupidez, así que no pasaré por estúpido REIVINDICANDO EL DERECHO AL ODIO