España, en la puerta del infierno socialista

Se nos advirtió el peligro que significaba la presidencia de Hugo Chávez y cómo esta llevaría a Venezuela a convertirse en una réplica de la Cuba castrista

España, en la puerta del infierno socialista

Desde que ejerzo como consultor político he aprendido a identificar las argucias y añagazas que desde la izquierda se emplean para “idiotizar” a la población, so pena de perder clientes, desde mi modesta posición y en diversos foros he alertado con vehemencia (sin mayor éxito en realidad) sobre el uso de estos métodos y sus consecuencias, ya que si algo conocemos en Venezuela es eso: “las consecuencias”, lo que me permite reconocer que España se encuentra en la puerta del infierno socialista.  

Sin embargo y sin ánimos de arrogancia, el poco éxito en la divulgación de esta realidad no es atribuible a mí, ¡no! En abril de 2017 escribí en este mismo portal un artículo titulado La ignorante arrogancia, en ese articulo señalaba la existencia de una enorme arrogancia en cada país: los mexicanos son arrogantes, los colombianos lo son, los españoles, los estadounidenses y ¡sí!, los venezolanos también fuimos muy arrogantes.

En reiteradas oportunidades se nos advirtió el peligro que significaba la presidencia de Hugo Chávez y cómo esta llevaría a Venezuela a convertirse en una réplica de la Cuba castrista, pese a estas advertencias nuestra respuesta siempre fue ¡no, eso no nos va a pasar! Y es que cuando nos acostumbramos a un “estado de las cosas” pensamos que ese estado nunca cambiará para peor. Si vamos al supermercado y este ofrece 12 marcas distintas de leche o mantequilla y sus anaqueles están repletos de productos, no podemos imaginarnos que ese mismo supermercado puede quedar vacío, y ¡sí!, eso es absolutamente posible. No obstante, hay algún tipo de obstáculo mental que le impide a cualquier individuo ver que esas situaciones pueden presentarse en realidad, son absolutamente reales y por demás devastadoras.

Pero la cultura popular tiene dichos (refranes) que reflejan perfectamente estas situaciones y, sin embargo, “tampoco le prestamos atención”.  “Cuando veas las bardas de tu vecino arder, pon las tuyas en remojo”, reza el refrán, pero para muchos, Venezuela, o no era vecino o no estaba ardiendo, ya que pocos apreciaron lo ocurrido, ni actuaron en sus países para evitar algo similar; más allá de la lastima y la contemplación no hicieron nada.

El modelo de “socialismo del siglo XXI” fue exportado a varios países de Hispanoamérica con resultados más o menos parecidos, uno de ellos, España. Los españoles habrán pensado que “eso del socialismo chavista es cosa de los sudacas, eso no nos pasará” y, bueno, ¡ya les pasó! Otro refrán popular dice: “No es lo mismo llamar al demonio que verlo llegar”, y hoy cientos de miles de españoles creen encontrase en las puertas del infierno, mientras otros tantos siguen incrédulos dentro de su ignorancia o su arrogancia, pero a unos y a otros les aseguro: No están en las puertas del infierno, de hecho… ya están en el infierno, porque Venezuela pudo haber sido víctima de la arrogancia colectiva, pero ya en otros casos como México y, muy especialmente, España, el no haber prestado atención a las advertencias que muchos hemos hecho durante bastante tiempo trasciende del ámbito de la arrogancia al de la estupidez ¡Sí! Habéis sido una partida de gilipollas y os tocará bajar la cabeza y guardaros la arrogancia.

¿Quién abrió las puertas del infierno?

En otro artículo de febrero 2019, titulado Fama sin gloria, advertía sobre el uso de los medios de comunicación masivos como agentes idiotizantes, son ellos, en efecto, los que al igual que Caronte han llevado prácticamente a toda la población a cruzar el Aqueronte para arribar al inframundo (según el relato de la mitología griega), los dracmas que pagaron a Caronte (a los medios) han provenido profusamente desde el gobierno español. La Sexta, Radio Televisión Española, Antena 3, Hispania TV; todos han sido eficientes promotores, por un lado, y por otro lado, defensores de las tesis de la izquierda española y, en particular, del principal socio del actual gobierno: Podemos.

Vergonzosamente, esto incluso ocurrió durante el gobierno de Mariano Rajoy, quien erróneamente pensó que alimentar el monstruo Podemos generaría pánico en la población cuando, en realidad, solo lo estuvo engordando, y estos, a su vez, alimentaron el resentimiento de un sector importante de la población, quienes se vieron reflejados en esos “pobres muchachos desaliñados de jeans.  

Hoy unos se espantan y otros aplauden que “Pablete”, “el de la coleta”, se mudó de su modesto apartamento de Vallecas (de donde juró que no se mudaría) para instalarse en su chalet de galapagar (una de las zonas más exclusivas de Madrid). Como él, la mayoría de sus camaradas han dejado de aparentar ser como todos para mostrar que siempre han sido parte de “la casta”, con el agravante de que como no tenían talento para ser aceptados en la casta, tuvieron que recurrir a financiarse de los peores enemigos de España para abrirse espacio a patadas en donde ellos consideraban tenían el derecho de estar; independientemente de que reproche o aplauda ya es demasiado tarde, ya todos están en el infierno.

No siendo suficiente la operación deliberada de condicionamiento y alienación mental ejecutada por los medios de comunicación masivos tradicionales, hoy el gobierno español alimenta con muchas más dracmas a “agencias de medios digitales”. Newtral, Maldita.es y Spanish Revolution se han convertido en verdaderos censores de quienes desde las redes sociales (ultima trinchera de la libertad y refugio de la estupidez) alzan su voz contra las ya descaradas arbitrariedades del gobierno; hay denuncias públicas y evidencias de la relación entre medios, agencias y el gobierno socialista, pero nadie las responde; callar y atacar es una practica bien aprendida de la tiranía castrista perfeccionada en la Venezuela chavista.

¿Cómo arden las pailas del infierno?

Una vez en el infierno, la tarea es relativamente fácil para los demonios y obviamente agónica para los mortales. El lector dirá que hasta ahora no he mencionado la pandemia del COVID-19 (del virus chino) en el desolador panorama que presenta España, pero quienes menos atención le han prestado a la pandemia son los propios miembros del gobierno, quienes solo han fingido apiadarse de los españoles mientras avanzan sin piedad en la destrucción institucional de España y, por ende, en la instauración del proyecto totalitario importado de Venezuela.

Con ciertas variaciones que dependen de las debilidades y fortalezas con las que cuenten dichas instituciones al momento en el que los totalitarios asaltan el poder, la cartilla es básicamente la misma. En el caso de España, el Ejecutivo se asalta previo abordaje del legislativo, así que ya dos de los tres poderes públicos están tomados. Un importante poder al margen de la estructura del Estado es la opinión pública, y está ya hemos señalado que se encuentra tarifada. A esa opinión sesgada que generan los medios españoles, agreguemos la vulgar manipulación de las encuestas del CIS (Centro de Investigaciones Sociales) en manos del militante del PSOE José Félix Tezanos. Este ha convertido las encuestas en mecanismos de propaganda política, que lejos de medir el “humor social” del español, lo que procura es condicionar su opinión. Esta dupla es el verdadero “ministerio de la verdad” descrito por Orwell.

Es en este terreno donde los españoles y un puñado de medios independientes deben dar la más encarnizada batalla, ya que de ella depende la sobrevivencia de la libertad (la democracia sería una perdida accesoria, la batalla que se plantea España es por la libertad). Un ejemplo de lo que ya es persecución y censura del periodismo independiente es el periodista Eduardo Inda, a quien “el coleta” ya ha señalado de sedicioso, lo que haga Inda y la resistencia que este ofrezca a los ataques y persecuciones será de importancia capital para el resto del periodismo español.

En este escenario nada alentador, los totalitarios irán “a por todo”, así que su próximo paso será blindar judicialmente todas sus decisiones, para ello ya han posicionado a seis de los 11 jueces del tribunal constitucional y por otro lado requieren de perseguir a políticos, periodistas y gente del común que les sean incomodos, para ello ya se procuraron una militante del PSOE como Fiscal General (nada nuevo bajo el sol, La Luisa Ortega del Chavismo, pero en España).

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El último bastión de institucionalidad a derrotar en España (en Venezuela fue el primero) son las fuerzas militares. Las fuerzas militares españolas, de una tradición centenaria y prestigio internacional, parecían inquebrantables hasta que el pasado 19 de abril, el jefe del Estado Mayor de la Guardia Civil, José Manuel Santiago, declaró durante una rueda de prensa “estar trabajando para minimizar el clima contrario a la gestión del gobierno”, esto en un país normal debería significar la destitución inmediata del General, pero, España ¡ya no es un país normal!

La instancia superior a todas estas instituciones sería su Majestad, el Rey Don Felipe, contra quien el vicepresidente Iglesias ha disparado improperios en su pasado reciente (siendo absolutamente honesto, contra la Monarquía), y el problema de cualquier institución no es que sea atacada, el verdadero problema es que esta “no se defienda”. Espero equivocarme, pero desde la distancia no se ve intención alguna de Don Felipe para defender la Corona, ni siquiera la unidad de la Nación Española en medio de los ataques de los separatistas (quienes también son socios de investidura del Gobierno).

Regresar del inframundo

Tan solo unos cuantos héroes de la mitología griega lograron bajar al inframundo y regresar tras su visita, uno de ellos el legendario Hércules. En el panorama político español no se avizora ese héroe. El principal partido opositor, el PP, cree estar enfrentando al PSOE con el que logró el “pacto de la Moncloa” tras la muerte de Franco. Siendo ya bastante negra y delictiva la historia del PSOE para aquel entonces, Pedro Sánchez no es ni se parece a Felipe González, Sánchez ha demostrado poseer una ambición desmedida y si había lugar para algún tipo de duda sobre su naturaleza, sus socios de investidura deberían ser la muestra de que esas dudas ya no deben existir. Mientras, el Líder del PP, Pablo Casado, lejos de parecer un líder político buscando enfrentar una crisis parece más bien el participante de un concurso de simpatía, buscando agradar a todos.

Casado no ha entendido la naturaleza delincuencial de quienes acompañan a Sánchez en el poder, e incapaz de entender esto, menos podrá entender que cada concesión que otorgue, lejos de ser agradecida, será utilizada en su contra. Ciudadanos, el otrora partido emergente de “centro derecha” (centro derecha: eufemismo empleado para diferenciarse, sin admitir que en el fondo son de izquierda) quedó destrozado después de las elecciones de noviembre y, salvo algunas individualidades, no se percibe articulación partidista capaz de enfrentar la vorágine gubernamental.

Dejé de ultimo a VOX y a su líder Santiago Abascal, esta formación política en muy poco tiempo se constituyó en la tercera fuerza política de España, afirman sin complejos ser “de derecha” y eso les ha costado ser minimizados por los medios de comunicación, que eventualmente les dan espacio para intervenir, pero que, por otro lado, se explaya en insultos contra ellos. VOX es descaradamente excluido de comisiones parlamentarias y de ocupar lugares dentro del Parlamento, que por derecho les corresponden, ¡Nadie ajeno a ellos dice nada!

Pese a la estoica posición de este partido, el impulso inicial que los llevó a ser la tercera fuerza política parece haberse diluido, no quisiera pensar que, usando sus propias palabras, obtener 54 escaños los haya “apoltronado”. Pasar del estoicismo al heroísmo requiere de mantener el empuje, emplear ese empuje para inspirar a los más débiles y estar dispuestos a enfrentar el oprobio más allá de los limites imaginados. A esta última frase denle la interpretación que prefieran. Mi mensaje final para los españoles: aprovechen lo que aún les queda de dignidad, busquen en su ADN la gloria de España, la misma de la cual Iglesias quiere hacerles sentir vergüenza, y luchen sin cuartel contra el totalitarismo antes de que a sus espaldas se cierren para siempre las puertas del infierno.